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lunes, 17 de agosto de 2009

El mal contagiado

En el libro de Jesús Hernández '100 historias secretas de la segunda guerra mundial' se cumplen con creces las palabras del autor en la introducción : a pesar de ser uno de los temas históricos más investigados y tratados, surgen a cada momento nuevos descubrimientos sobre el mayor conflicto bélico de todos los tiempos con las progresivas aperturas de archivos hasta el momento bajo secreto. Quedan aún muchos de ellos por desvelar, no sólo de las potencias aliadas sino del propio vaticano.
Casi cada una de las historias que cuenta merecería un libro propio.

La siguiente no está relatada en el libro de Jesús, pero podría ser una de ellas, la cuenta Norman Lewis en 'Nápoles 1944' :

Ha salido a la luz otro plan casi increíble, concebido por la A-Force ,que opera en territorio ocupado, que ha acabado en catástrofe.[...Aquí habla de la menor influencia de enfermedades venéreas en el norte de italia ocupado por los alemanes...].El mencionado plan se dispuso para propagar estas infecciones que han alcanzado niveles epidémicos en el sur, al Norte no infectado aún y disminuir así la eficacia del ejército alemán, sin tener en cuenta consideraciones como el sufrimiento que tendría que sufrir la población civil y los muchos niños condenados a nacer ciegos.
En la primera semana de enero se llevó a cabo una redada de jóvenes prostitutas napolitanas atractivas, de las que se eligieron veinte que, según el personal médico que colaboró en el plan, padecían una forma de sífilis especialmente virulenta e incurable, aunque no mostraban ningún signo exterior de infección.
Instalaron a las veinte prostitutas en una villa vigilada del Vomero, donde las mimaron en todos los sentidos : les daban todo el pan blanco del ejército y espaguetis que quería y las llevaban a pasar el día a Capri. Y, por supuesto, no les prestaban ningún cuidado médico, aparte de las revisiones regulares para comprobar que no les había salido ningún chancro antiestético. Luego les explicaron lo que esperaban de ellas y ahí empezó el problema la idea de cruzar las líneas y pasar al territorio ocupado por los alemanes las aterraba y de nada sirvieron los incentivos que les ofrecieron.

Hay una cita de Bertolt Brecht sobre luchar los efectos de luchar contra el mal.
Puede hacer de ti alguien peor ... pero ¿tanto?

4 comentarios:

Damián Marrero Real dijo...

O como diría Borges, un capítulo más de la Historia Universal de la Infamia.

wraitlito dijo...

Querido D. este libro no tiene desperdicio, conociéndote lo lees en una tarde.
Saludos

Anónimo dijo...

Los que pensaron estos métodos de lucha no eran mucho mejores que aquellos a los que pretendían combatir. En todas partes cuecen habas.

wraitlito dijo...

Los ingleses demostraron en la 2ª guerra mundial una habilidad e insidia pasmosa para la guerra sucia, lo cual no exime un ápice de culpa a sus enemigos claro, pero debería indicar algo sobre la naturaleza general de la guerra y del mal : son nocivos para el espíritu (sea lo que sea el susodicho).
Saludos