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jueves, 4 de junio de 2009

Entender con el tiempo : Dyson on Galison

Siguiendo con 'El científico rebelde' de Dyson, 'Una ciencia de relojería' es uno de los capítulos sobre historia de la ciencia y científicos, se dedica a desentrañar cómo avanza la ciencia.
Comienza glosando el libro de Peter Galison 'Relojes de Einstein, mapas de Poincaré', por aquí está :einstein's times.
Peter Galison estuvo hace dos años entre nosotros dando dos charlas sobre el libro anterior en Fundoro. Debo confesar que no entendí nada o, pasado el tiempo, no recordaba las cosas que dijo a tenor de lo que ya había leído de su libro en aquel momento ; para escribir esto tuve que releer los capítulos inicial y final, donde expone las ideas centrales.
Galison habló prolijamente de los medios técnicos de final del siglo XIX para tender líneas eléctricas que sincronizasen relojes, de trenes y vías férreas, de avances en el área artilugios electromagnéticos, del interés del imperio francés por los mapas, de einstein en su oficina de patentes en Berna desmenuzando aparatos y patentes ... expuso y respondió en francés e inglés a todas las cuestiones, muchas de las cuales abordaron las dificultades técnicas de todo este proceso, un claro precedente de lo que ahora llamamos globalización.
El problema para mí fue no ver ninguna relación con la relatividad. No me percaté que para Galison, de alguna manera, la relatividad no estaba - al menos exclusivamente - encerrada en un mundo platónico de pensamiento puro. He tardado dos años en entenderlo y ha sido gracias a la relectura a través de los ojos de Dyson.
Dyson pone las ideas de Galison en contraposición o superación de la convención generalmente aceptada de la evolución de la ciencia que debemos a thomas kuhn. Aunque no lo plantea como una discusión radical.
Dyson dice :
'Durante los últimos años entre los historiadores de la ciencia ha habido dos escuelas de pensamiento predominantes. Los líderes de las dos escuelas han sido Thomas Kuhn y Peter Galison.[...] Kuhn explica el avance de la ciencia como una especie de equilibrio con interrupciones puntuales[...] en la medida en que prevalezcan unos criterios científicos normales, el trabajo del científico consiste en resolver enigmas insignificantes dentro del dogma científico aceptado.Sin embargo, en momentos excepcionales, surgen nuevos descubrimientos o nuevas ideas que ponen en cuestión el dogma aceptado y así puede producirse una revolución científica.[...] Los grandes pasos del progreso de la ciencia son fruto de ideas.
En contraste con Kuhn, Galison, en su famosa obra Image and Logic, 1997, explica la historia de la física de partículas como una historia de instrumentos más que de ideas [...] son los instrumentos los que impulsan el avance de la ciencia.[...]
Los historiadores formados en la ciencia teórica tienden a ser kuhnianos, mientras que aquellos que se han formado en la ciencia experimental suelen ser galisonianos. Aparte de esto, el hecho de poner el énfasis en las ideas o los instrumentos es, hasta cierto punto una cuestión de gustos. En mi caso, tengo tendencia a ser galisoniano, aunque por mi formación soy teórico.'
Las negritas son mías.

Tras leer esto reabrí el libro de Galison y releí el capítulo inicial y el final.Este libro tiene un contenido nada técnico, en el sentido de ecuaciones y constituye una alargada y quizá en exceso retórica, reflexión en torno a las figuras de Einstein y de Poincaré, su hallazgos y de la relación de estos con la ciencia y tecnología de la época. Los capítulos centrales versan acerca de avances y dificultades técnicas.
Galison ensalza la figura de Poincaré que construyó una formulación de la relatividad especial con muchas equivalencias con la construida ¿'de la nada'?, y ésta es una de las ideas centrales del libro, por Einstein.El hecho es que Poincaré conservó la noción de éter
Los capítulos del libro evocan la actitud revolucionaria de Einstein al adoptar la teoría de la relatividad especial librándola del concepto de éter y evitando referencias a otros artículos previos, reconstruyendo el marco entero de la cinemática y contraponiéndola a la figura conservadora - en qué sentido es conservadora o es una 'modernez distinta' es otro punto importante del libro - de Poincaré que deduce también una cinemática nueva con reglas equivalentes pero manteniendo la idea de éter.
Para entender mejor a Galison que rehuye resumir sus ideas, imagino para no caer en la simplificación excesiva o la controversia fácil, he extraído fragmentos de una entrevista sobre el libro

Entrevistador en la introducción :

' [...]you left us with a question: Could we really understand Einstein's 1905 paper without understanding the rise of international time conventions and the technologies of industrial time - synchronization?[...]'

Los ingenieros ya tenían en cuenta el tiempo que la señal tardaba en viajar de un sitio a otro
'Galison[...]I remember staring at these reports from the 1890s, trying to figure out what the Bureau's telegraphic time-finders were doing, and expecting that I'd find that - as in the case of Einstein's patent office - the fixing of simultaneity was a fairly crude affair. But this work was anything but crude! Instead, I saw that by the 1890s it was altogether routine for the astronomer-engineers to take into account the time the electrical signal took to go from one place to another.[...]'
El texto en negrita está destacado en el original

Sobre su postura filosófica :
'DGB: One reading of your book would be that you think you have discovered the "smoking gun" for this very transformation, the smoking gun for nothing less than the theory of relativity itself: Einstein is at his patent desk, looking at diagrams of electromechanical networks for time distribution along railway lines. "Eureka!" he shouts, and he sits down to demolish the idea of absolute time and space. I know that you don't care for this reading, and you don't think this is your story, but it will be tempting for many readers ...

Galison: It is absolutely not how I think of the problem - not for Poincaré, not for Einstein. Almost all of my work stems from a concern with the strange juxtaposition of the very abstract and the very concrete. This is not a question that is by any means restricted to physics, but physics makes it abruptly clear how suddenly we pass from symbols to materiality. In Einstein's Clocks, Poincaré's Maps, I want to get away from two widespread ideas: first, a notion that science proceeds by a kind of Platonic ascension, an evaporative or sublimating process that takes the material into the abstract. Material relations do not eject ideas or produce ideas like ripples on the surface of deep-flowing currents. And here coordinated clocks did not cause Einstein to introduce the synchronizing procedure. Telegraphic longitude mapping did not force Poincaré to the simultaneity procedure. Conversely, physics does not advance by pure condensation - it would be a terrible distortion to see physics beginning in a realm of pure ideas, and then gradually acquiring the weight of materiality until they stand in corporeal form as the objects of everyday life. So the reason that I find this moment of late-nineteenth and early-twentieth-century contemplation of time so interesting is that it representsneither of these unilateral directions (concrete- to-abstract or abstract-to-concrete). Instead there is an extraordinary oscillation back and forth between abstraction and concreteness. I like this mix - this high-pressure interaction of material technologies, philosophy, and physics. Each was in play, in different ways, and "simultaneity" was at stake in each domain: in Lorentz's mathematical "local time," in the technological exchange of time signals, in the philosophical critique of absolute time. In their own ways, Poincaré and Einstein were reading philosophy, working at technological projects, grappling with electrodynamics. Einstein certainly knew pieces of what Poincaré had done (how much and exactly when is a longer story). Then came Poincaré's moment in December 1900 (and Einstein's in May 1905) when a statement about what simultaneity is suddenly participated in all three arcs - the crossing point.

DGB: Technology, metaphysics, physics.'

La negrita es mía

Ahora entiendo bastante mejor el porqué de la insistencia en la progresión de los medios técnicos, su uso y la evolución de las ideas.

Dyson me ha proporcionado la forma de, como siempre decía un profesor mío, 'ver las cosas con buenos ojos'.

4 comentarios:

Palimp dijo...

No hace falta que diga que me apunto la nueva referencia. Ni siquiera sabía quién era Galison, y eso que la filosofía de la ciencia es uno de mis intereses.

Además, soy fan de Poincaré, que también era un excelente divulgador.

wraitlito dijo...

La verdad es que yo minusvaloré totalmente a Galison cuando leí el libro y no entendí para nada el transfondo de su conferencia.Eso sí, me emocionaba pensar que tenía delante alguien editado en Drakontos, con gente como Feynman,S. Jay Gould,C. Sagan,I Stewart...
Luego al leer a Dyson me dije ' ¿Dyson pone a Galison al nivel de Kuhn?: tengo que releerlo'
Y después me permito ir diciendo por ahí que no creo en criterios de autoridad ;)

P.D.:A mí también me encantan los temas relacionados con filosofía e historia de la ciencia.
Saludos

omalaled dijo...

Gracias por tu comentario en mi blog. No sé si eres la segunda o tercera persona que veo que ha leído este libro de Dyson y la verdad es que es muy bueno.

Quizás no coincido exactamente con algunas de sus ideas (y he de reconocer que algunas las rebatiría, pero me costaría un montón), y con otras ideas soy contrapuesto; pero he de reconocerle un hilo argumental muy sólido.

Y todavía no he leído el libro de Galison, pues un compañero de trabajo no me lo dejó muy bien; pero después de leer a Dyson, y por supuesto, tu artículo, creo que sí lo leeré.

Salud!

wraitlito dijo...

Efectivamente, el libro de Galison es un poco peñazo sin lugar a dudas.Lo es sobre todo porque no aclara bien la idea que Dyson capta meridianamente : que estamos ante una visión distinta de la clásica (kuhniana) de la evolución de la ciencia por el binomio dogma-revolución.
En cuanto a las dos posturas Kuhn-Galison, quizá haya que discutir mucho más: aunque se adopte una postura en su forma radical, es difícil rebatir los argumentos de la otra. En realidad parece que estamos viendo el elefante por partes : la trompa, la cola... y no lo captamos entero con ninguna.Creo que tanto Galison como Dyson son perfectamente conscientes de esto y no son radicales.
En todo caso me encantaría discutir más sobre el tema : ¡Es la mejor manera de que aprenda algo! ;)

Saludos.